Tras 4 años a cargo de la gestión del Ayuntamiento, el equipo actual se ha dedicado a solicitar informes no vinculantes sobre el estado de nuestros acuíferos. Lo cual ha generado un desgaste de presupuesto y medios, que a unas semanas de elecciones pretenden convertir en una victoria. La realidad es otra: en Elda nos podemos quedar sin suministro de agua potable.

Durante los últimos tres años a cargo de la Alcaldía, el equipo de Rubén Alfaro ha estado jugando al perro y al ratón con el grave asunto del suministro de agua potable para quienes consideramos Elda nuestro hogar. Actualmente, muchos eldenses no tienen un suministro de agua potable constante y regular, esto se debe al funcionamiento incorrecto de nuestro servicio, los motivos son varios.

En primer lugar, tras el derrumbe del Pozo Garrincho dejó de ser viable su uso continuado y la propia empresa que lo explota alertó del “ineludible problema de abastecimiento de agua potable a Elda” ya en 2017; así que como alternativa se presentaba la explotación del Pozo Regina (de Salinas) cuyas aguas tienen que ser conducidas a través de 17 kilómetros de canal para llegar hasta nosotros.

Antes del aviso del “ineludible problema” los recursos del equipo que gestiona actualmente la Alcaldía se dedicaron a solicitar informes y más informes de carácter no vinculante y que no pedían propuestas para solucionar la situación. Sino que eran una mera vía para justificar que se tenía conocimiento de la situación.

Se tiene conocimiento, evidentemente porque los y las eldenses sufren las deficiencias del servicio. ¿Y ahí nos quedamos? ¿Sin pedir soluciones ni propuestas? Únicamente en informes que nos hablan de la existencia de un problema, eso ya lo sabíamos. Estos informes no nos aportan nada nuevo, ni útil, sólo consiguen dilatar la situación en que nos encontramos mientras los partes de incidencia sobre el funcionamiento incorrecto de nuestro servicio de agua potable siguen llegando y amontonándose, pues el agua no llega con suficiencia a numerosos barrios de nuestra ciudad.

Sin embargo, ha sido muy rápida la actuación del concejal de turno, quién ha salido públicamente para “tranquilizarnos” y que aplaudamos el hecho de que van a hacer “algunas” inversiones -en las cuatro semanas que quedan para las elecciones- para garantizar la supuesta viabilidad del sistema ¿Tendrán tiempo suficiente en cuatro semanas? Sinceramente, lo dudamos.

Es evidente que en los últimos 4 años no les ha parecido un asunto de prioridad alta. Ese equipo de Rubén Alfaro no ha dado la talla, dejando pasar el tiempo y poniendo en riesgo un servicio esencial. Después del lánguido ritmo de trabajo que ha demostrado dicho gobierno local, ¿alguien cree que en un mes podrá solventar algo?

Por nuestra parte, nosotros no vamos a postergar. Nosotros estamos preocupados, pues la realidad es la siguiente: los informes técnicos apuntan dos problemas serios. Por un lado, la falta de inversión y mantenimiento de las conducciones y bombas hidráulicas con continuas averías. Y por otro lado, un estancamiento administrativo que no termina de resolver de quién es la responsabilidad.

Por eso y ante las informaciones tratadas esta semana en las comisiones informativas del Ayuntamiento de Elda podemos afirmar que el abastecimiento de agua potable de Elda se encuentra en una situación de riesgo máxima, estamos a puertas de otro verano en el Levante y cada año son más secos y calurosos. Por tanto, exigimos la convocatoria de la comisión de investigación de este servicio, para que todas las partes implicadas nos den explicaciones de lo ocurrido y podamos analizar -sin tapujos- si existe realmente viabilidad. Nos preguntamos ¿qué intereses llevan a un gobierno a esconder tanta información sobre un bien tan necesario como es el agua potable de toda la población?

Tenemos claro que los engranajes de este gobierno no han funcionado. Mientras en en 2018 Hacienda bloqueó el Fondo de Renovación para la red, en Contratación se ha impedido que se convoque la Comisión de Investigación del servicio de agua desde el 2017 ¡Qué casualidad! Es vergonzoso ver como todos los informes desde dicho año indican la gravedad de la situación.

Pero no queda todo ahí, la sorpresa es mayúscula cuando observamos cómo la empresa concesionaria pretende escurrir el bulto de las reparaciones para cargarlas a las arcas municipales. Evidentemente, ahora se entiende la opacidad que se ha mantenido durante toda la legislatura con este asunto, han elegido mirar hacia otro lado y no darnos de beber. Pero ¿será Rubén Alfaro quién resuelva la situación que ha creado o se convertirá en una pesada herencia producto de su mala gestión?

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