El blindaje de las pensiones es una necesidad.
Cada lunes podemos observar como la Plataforma por la defensa de unas pensiones dignas de Elda se reúne en la plaza del Ayuntamiento, en lo que denominan “Los lunes al sol”, demostrando la perseverancia de nuestros mayores a la hora de reclamar lo que es justo; esas personas que lucharon por tumbar a la dictadura, que han trabajado sin descanso por sacar a sus familias adelante y que ahora ven como su poder adquisitivo se ve afectado por los intereses de unos pocos.
Desde muchos foros se ha criticado que los representantes del Grupo Confederal de Unidos Podemos, en el que está nuestra compañera de Izquierda Unida Yolanda Díaz, se levantaran de la mesa del Pacto de Toledo ante la intención de acordar unas recomendaciones consensuadas. Pero hay unas consideraciones que no debemos pasar por alto.
Hay dos maneras de entender las pensiones; en primer lugar la derecha defiende unas pensiones asistenciales, que no cubren las necesidades de aquellos que se las han ganado y que, por tanto, aquellos que puedan, lo que más tienen, se las complementen con planes de pensiones privados que unicamente favorecen a las entidades bancarias. Por otra parte, desde IU, consideramos que son un derecho que nos hemos ganado con nuestro trabajo y que tenemos que defender, pues están recogidas en nuestra Constitución.
Hacernos una foto con un acuerdo, cuando no hemos conseguido blindar la subida con el IPC, cuando no se van a tener en cuenta los 15 mejores años laborales para su cálculo y se amplía a todo lo cotizado, cuando no se rebaja la edad de jubilación a los 65, cuando no se plantea que se puedan financiar también a partir de los presupuestos generales del Estado, cuando se están poniendo en duda las pensiones de viudedad o cuando no se busca aumentar las más bajas, nos parece cuanto menos cínico.
La posición de IU está clara, ahora debería pensar el PSOE al lado de quién está, porque la izquierda debe posicionarse con aquellos y aquellas que salen a la calle todas las semanas, luchando por blindar, mejorar y asegurar unas pensiones dignas. Porque si llegamos a falsos consensos que benefician a los de siempre, crearemos desafección en la ciudadanía, habrá un descrédito de los partidos políticos, resonará el “todos son iguales” y aumentaremos la abstención o el crecimiento de partidos de ultraderecha, que irán en contra de los derechos que tanto nos han costado conquistar.