EL DEFENSOR DEL PUEBLO NOS DA LA RAZÓN. SIN MEMORIA NO HAY DEMOCRACIA.
Este martes, 20 de noviembre, recibimos la contestación a la queja que registramos en el Defensor del Pueblo el pasado 4 de julio. Este escrito recogía nuestra demanda de desarrollar el acuerdo alcanzado en Pleno el 28 de abril de 2016 para la retirada de simbología franquista de la ciudad. Pero no fue un acuerdo cualquiera, fue uno de los pocos que ha salido por unanimidad en esta legislatura. Recordamos que la negociación no fue sencilla, pues tuvimos que poner de acuerdo a todas las sensibilidades políticas representadas en el Ayuntamiento. Y lo hicimos por una sencilla razón: sin memoria, no hay democracia.
Vemos como una parte minoritaria de nuestra sociedad, aún, sigue blanqueando los 40 años más oscuros del siglo XX español, para reescribir un relato que ya de por sí es unilateral, porque solo lo escribieron los vencedores de un golpe de Estado. Cualquier democracia entendería como necesario investigar y analizar los procesos dictatoriales que cercenaron derechos, libertades y vidas. Pero la profusión de simbología franquista en nuestras calles supone aceptar una imagen de la sociedad española que no es real, en definitiva supone aceptar la apología del odio. Nuestra sociedad es democrática y por ello debe recuperar la voz de los que no la tuvieron, y por eso debe eliminar de los espacios públicos algo que no nos representa.
Es paradójico observar como el PSOE a nivel estatal aprovecha el 20N para anunciar medidas contra el enaltecimiento del fascismo o mantener el foco en la tumba del dictador, mientras en lugares como Elda lleva 938 días contando votos. Al fin y al cabo, parece que para este partido la memoria democrática es también una cuestión de imagen. Solo así nos podemos explicar que dos años y medio después de haber alcanzado un acuerdo por unanimidad, y con una línea de trabajo marcada por una comisión expertos en la materia, tanto PSOE como Compromís sigan sin mover un dedo para algo bastante sencillo y barato, pero tan necesario para nuestra democracia.
En julio apelamos a Rubén Alfaro y su equipo para que no esperasen a la resolución del Defensor del Pueblo. Pues, al igual que a nosotros, la respuesta del Ayuntamiento a este organismo “no justifica de manera alguna su tardanza a este respecto” como se puede leer en la resolución.
Desde nuestra organización exigimos la convocatoria de la Junta de Portavoces para adoptar la retirada de la simbología franquista, tal y como, marca el acuerdo alcanzado en Pleno, la comisión de expertos y, ahora también, el Defensor del Pueblo.