14 de abril
El pasado 14 de abril se cumplieron 87 años de la proclamación de la II República.
En esta fecha de 1931 el sistema republicano, como forma de organización del Estado, sustituyó a la monarquía. Tan solo 5 años después, el 18 de julio de 1936, la II República fue víctima de un golpe de Estado, desencadenándose una guerra civil que duró tres años. El 1 de abril de 1939 finalizó la guerra civil, dando paso a la dictadura del general Franco.
Fue el Ayuntamiento de Éibar el primero de España en izar la bandera tricolor (roja, amarilla, morada). Los resultados de las elecciones municipales en este municipio fueron contundentes: 10 concejales socialistas, 8 republicanos y uno del PNV, ni el más mínimo asomo de espíritu monárquico. Poco después de las siete menos cuarto de la mañana, del día 14, izaron la nueva enseña en el balcón consistorial ante el entusiasmo del vecindario.
Es obvio que la república no es solamente una bandera. La palabra república procede de “res publica”, una expresión del latín que significa literalmente “cosa pública”, o que pertenece al pueblo. El poder reside en el pueblo que periódicamente lo delega en sus representantes, a diferencia de los gobiernos monárquicos donde el soberano tiene poder vitalicio y, generalmente hereditario.
La proclamación de la II República contó, en sus años previos, con un actor clave: el movimiento obrero. La necesidad de un cambio social provocó reacciones en la ciudadanía que desembocaron en el sistema republicano como forma de organización del Estado. Era la primera experiencia democrática en España desde el conocido como Sexenio Revolucionario de 1868.
Un sistema que, pese a su corta duración, consiguió poner en marcha muchos avances. Se ampliaron las libertades y las oportunidades, pero si en algo destacó la II República fue en la Educación. Una de las primeras medidas de la reforma educativa del gobierno republicano fue incrementar el presupuesto un 50% para abrir 5.000 nuevas escuelas al año y poder alfabetizar a la población, durante el primer bienio se construyeron más escuelas y centros de instrucción que durante los más de 20 años que duró la monarquía de Alfonso XIII. La Constitución proclamaba la escuela única, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, la libertad de cátedra y la laicidad.
Una conquista de gran trascendencia fue el sufragio universal, tanto para hombres como para mujeres. La defensa efectuada con auténtica pasión por Clara Campoamor fue determinante para que en noviembre de 1933 la mujer ejerciera su derecho al voto. Más adelante se aprobaron las leyes del divorcio (1932) y del aborto (1936), ambas contribuyeron a la liberación de la mujer de la opresión a la que habían estado sometidas durante la monarquía.
La República nació laica, proclamó la libertad de culto y dejó de favorecer a la Iglesia Católica, cuyas organizaciones se tenían que someter a la ley civil.
Se desarrollaron otros derechos como el de asociación, libertad de prensa, libertad de opinión, etc. También jugó un papel muy importante la cultura que, a través de proyectos itinerantes, sirvió como herramienta de alfabetización.
Lo que acabo de describir no es el futuro. Estamos hablando de hace 87 años y en muchos aspectos hemos retrocedido, y seguimos retrocediendo a pasos agigantados. El sistema de monarquía parlamentaria que actualmente tenemos en España es obsoleto y anacrónico. Seguiré y seguiremos luchando para que algún día podamos, mediante un referéndum, elegir libremente entre Monarquía y República.
Alberto Beviá Orts. Coordinador de EU Sant Vicent.