Algunas reflexiones de IU en el Día del Medio Ambiente
Hoy es el Día del Medio Ambiente y desde el colectivo de Izquierda Unida de Villena queremos transmitir unos cuantos pensamientos y reflexiones con respecto a este tema tan importante. No debemos olvidar que previo a la emergencia sanitaria del COVID-19 ya nos enfrentábamos a una emergencia climática que no debemos olvidar.
Se van sucediendo los ‘días de’ relacionados con el medio natural, que no son más que fechas simbólicas que nos recuerdan la importancia de cuidar nuestro entorno durante TODOS los días del año. Así, de poco sirve celebrar el 17 de mayo el día del reciclaje o el 5 de marzo la eficiencia energética si somos inconscientes el resto del año; o el día de las aves migratorias, 9 de mayo, el día de los humedales, 2 de febrero, el de la diversidad biológica, 22 de mayo, o el de la vida silvestre el 3 de marzo, si luego olvidamos lo afortunados que somos por disponer de un humedal como La Laguna en nuestro territorio y obviamos la necesidad de recuperar este ecosistema crucial para la biodiversidad en general y las aves migratorias en particular. Es muy necesario concienciar de este hecho a la población, no solo el 26 de enero (Día de la Educación Ambiental), y desde el consistorio debería darse ejemplo con sus acciones.
El 20 de mayo fue el día mundial de las abejas declarado por la ONU, para recordarnos la importancia de estos seres, no solo de la abeja de la miel, ya que existen infinidad de abejas silvestres (según Fauna ibérica, del CSIC existen 1.528 especies en la Península Ibérica), además de otros muchos insectos como avispas, mariposas, moscas o escarabajos con demostrada eficacia en cuanto a polinización. Se calcula que más del 90% de las plantas con flores y que al menos el 75% de los cultivos alimentarios que consumimos depende directamente de la acción de los polinizadores para su supervivencia. Por lo tanto, para garantizar la biodiversidad y la seguridad alimentaria es necesaria su conservación y puesta en valor. De hecho, estudios científicos publicados en la revista Ecological Economics cuantifican económicamente el valor de polinización en 153.000 millones anuales, el equivalente al 10% de la producción mundial de alimentos.
En estos días se están realizando varias actuaciones que están afectando sustancialmente a nuestras poblaciones de insectos, especialmente de los polinizadores. Queremos comentar dos de ellas, en primer lugar, la gestión de la vegetación. La siega de las praderas, caminos y “descampados” en plena floración. Sabemos que la gestión de la cubierta vegetal es necesaria de cara a la prevención de incendios, pero creemos que puede realizarse teniendo en cuenta ciertos procesos biológicos. Proponemos como alternativa realizar las siegas unas semanas más tarde, cuando las plantas herbáceas han terminado su ciclo de floración y realizar siegas de manera parcial en los descampados, dejando islas de vegetación que sirvan de reserva para la fauna. Por otra parte, el uso de herbicidas por particulares o administraciones (líneas de ferrocarril, autovía, etc.) debería no ser una opción por su impacto medioambiental, contaminación del suelo y el agua y sobre nuestra salud, recordemos el reciente estudio publicado por la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Rosario, donde se demuestra el daño irreversible en el desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso cuando se expone al Glifosato, la principal materia activa de este tipo de productos.
Otro tema que queremos comentar son los tratamientos masivos para controlar las poblaciones de mosquitos adultos utilizando insecticidas, piretroides, pero insecticidas al fin y al cabo. Dichos tratamientos no solo matan a los mosquitos, matan además a toda la fauna invertebrada que habita la zona. Mariposas, escarabajos o abejas están muriendo. No olvidemos que todos estos insectos además de su labor como polinizadores, son el sustento de las aves insectívoras (protegidas) que se encuentran en pleno proceso de cría. Esperemos que este tipo de tratamientos sean puntuales de este año y no se conviertan en costumbre, ya que el coste medioambiental es altísimo. Pedimos que se deje de matar mosquitos “a cañonazos” y se adopten medidas mucho más eficaces como asegurar una buena calidad de las aguas, favorecer la fauna auxiliar (murciélagos y aves) y planificar correctamente los tratamientos larvicidas, mucho más efectivos.
Creemos que este ayuntamiento, sus dirigentes y sus técnicos, deben cimentar las bases del respeto al medio ambiente sobre tres pilares fundamentales que son la sensibilidad, el conocimiento y la responsabilidad para proteger nuestro medio ambiente y ser más resilientes frente a futuras crisis.