Cierre del vertedero y nuevas políticas de residuos

El anuncio y confirmación del sellado del vertedero de Villena, que se llevará a cabo presumiblemente durante el próximo año, es sin duda una noticia esperada con deseo en nuestra ciudad. Un vertedero es una instalación insalubre, tanto por el deterioro que produce en la tierra como por los olores que desprende. Y Villena ha sido durante demasiados años la que ha pagado esa factura aliviando a muchas poblaciones de nuestra provincia.

Es un logro que nuestro alcalde, gentilmente, atribuye al esfuerzo compartido con el resto de actores políticos. No es para menos, ya que hace apenas dos años el anterior alcalde, Francisco Javier Esquembre, anunciaba junto a Vaersa la inversión de dos millones de euros para sellar los vasos. Lo hacía presentando el proyecto concluido, preparado para salir a exposición pública para su adjudicación (lo que se estimaba que ocurriría en agosto de 2019, aproximadamente). Un anuncio que pareció malograrse, según el testimonio del Partido Popular, quien el pasado año dijo no poder mantener el pacto de silencio y comunicó que existía una licencia del Consorcio de basuras para que Vaersa construyera un nuevo vaso en nuestra ciudad.

Sea como sea, parece que llegamos al momento definitivo, en el que, en lugar de proclamarse inversiones de doce, veinte millones de euros (según las distintas comparecencias), llegamos al cierre de esta indeseable instalación. Algo que llega algo tarde, aunque más vale tarde que nunca, puesto que en los últimos años se han ampliado contratos finalizados, e incluso se han superado los límites de uso de los distintos vasos contenedores de basura.

En Izquierda Unida pensamos que los porcentajes en el tratamiento de basura, donde apenas el 20% es reciclado, frente al 30% que es enterrado) son un síntoma de una laxa política en materia de tratamiento de residuos. En primer lugar, pensamos que la solución no pasa por la concentración de residuos en una zona localizada, sino que debería ser responsabilidad de cada municipio: ya que de este modo se mejoraría el control y serían menos arduas las tareas destinadas al reciclaje y reaprovechamiento de los residuos. Puesto que en su gestión lo primero es reducir su cantidad, en segundo lugar, proceder a la reutilización de la mayor parte de los generados y en tercer lugar proceder al reciclado del resto. Los vertederos son síntoma de mala gestión de los materiales utilizados como materias primas en los procesos y mala gestión de los residuos.

Izquierda Unida impulsa la durabilidad de los productos y la preparación de los componentes y equipos para su reintroducción en el sistema productivo o en la naturaleza, generalizando los análisis del ciclo de vida útil o ecobalance como comienzo de la producción basada en el principio “de la cuna a la cuna”, ya que antes de cualquier proceso productivo es necesario un detallado estudio de la repercusión ambiental del producto generado en todo el ciclo de vida útil del mismo, desde las materias primas y energía y su extracción, pasando por los procesos de fabricación, envasado y distribución, su uso y su tratamiento final como residuo.

Por ello Izquierda Unida estima preciso reducir la generación de residuos y optimizar los flujos de materiales en la producción de bienes y servicios, impulsando el cumplimiento de los planes de residuos, priorizando los programas de concienciación social y los modelos de consumo sostenible. También se necesita investigación y desarrollo tecnológico para avanzar en la mejora de la gestión bajo los criterios de reducción, recuperación y reutilización.

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