Menos testosterona
Parece ser que alguien se ha puesto algo, bastante o muy nervioso ante la propuesta del vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, de renunciar a su cargo actual de privilegio y postularse como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, mediante primarias, en una candidatura unitaria de Unidas Podemos con Más-Madrid, la otra plataforma autonómica a la izquierda del PSOE.
La probable candidata de la formación de Iñigo Errejón, Mónica García, pasó en menos que canta un gallo a decir “hablaremos y nos entenderemos” a “las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio… /…Madrid no es una serie de Netflix”.
¿Qué pasó en el entreacto? Probablemente no lo sabremos nunca, pero algo debió suceder. ¿Tal vez una llamada a la atención con testosterona desde las Cortes? Algo, con lo que no contaba, debió suceder.
Lo que está claro es que la decisión tomada por consenso desde Unidas Podemos dejó descolocado a todo el mundo. Por supuesto, a la derecha, nada que comentar. Por supuesto, al PSOE, nada que comentar. Pero también a fuerzas políticas fuera del ámbito madrileño a las que se le tensaron los ligamentos y se pusieron de puntillas.
Recordemos que en las pasadas elecciones generales de 2019 Más Madrid confluyó en coalición con Compromís en las circunscripciones del País Valencià en contra de la postura formulada por su lideresa y vicepresidenta segunda del gobierno valenciano Mónica Oltra, a la que desautorizó un golpe de timón in extremis la mano poderosa del Bloc como partido hegemónico dentro de Compromís.
Ante la posibilidad manifestada en un primer momento por la candidata de Más-Madrid de unificar listas con Unidas Podemos (“hablaremos”), en la dirección controlada por Joan Baldoví saltaron todas las alarmas. Un acuerdo como este pondría en entredicho su postura en contra de reeditar una coalición de A la Valenciana con Unidas Podemos en las pasadas y en próximas elecciones. ¿La testosterona de Baldoví y de Errejón se impusieron a la primera reacción de Mónica (“hablaremos y nos entenderemos”)?. ¿Ante todo esto que hace o dice la otra Mónica, la de Valencia? Calla y espera.
Una posible alianza en Madrid de las dos plataformas colocaría a Compromís en una tesitura muy incómoda en el ámbito del País Valenciano. Tanto si la estrategia resulta ser un éxito como si no.
A final, el discurso feminista posterior de Mónica García no va muy mal encaminado, la testosterona ha vencido sobre la razón. Y los sapos hay que tragarlos y digerirlos con bicarbonato.
Alberto Torralba Campos
Coordinador de la asamblea local de EUPV Paiporta