LA ELDA QUE TODOS NECESITAMOS, MÁS CERCA DE LO QUE CREE -O QUIERE- EL ALCALDE.

Algunos dirán que son tiempos difíciles para soñar, las condiciones no son las más propicias. Por primera vez en democracia, encontramos como las condiciones de vida de la mayoría social están empeorando más allá de lo imaginado. A principios de año, conocíamos un informe de la OCDE sobre España en el que se señalaba una paradoja: mientras que la economía española crece y se crean precarios puestos de trabajo, la desigualdad y la pobreza son una realidad. Esta conclusión no ha sido extraña en los últimos años, otras organizaciones como la Fundación FOESSA constataba que tenemos un país que se recupera a dos velocidades, produciéndose una paradoja: la gente que trabaja, soporta una mayor carga de trabajo pero, aun así, es más pobre. Esta es la situación de Elda, una ciudad que viene sufriendo de manera estructural la economía sumergida, lo que nos coloca entre las ciudades de España con mayor desigualdad, exclusión y menor renta per cápita.

La explicación a esta situación no es sencilla, pero desde un punto de vista público se puede reseñar un cambio sustancial. Si las Administraciones Públicas se lanzaron en las primeras andanzas de la crisis a poner en marcha políticas públicas expansivas en el gasto –con más pena que gloria- y relacionadas con una actuación clásica del keynesianismo, esta situación cambia a partir de 2010 y se acentúa a partir de la subida al poder del gobierno de Mariano Rajoy. A partir de este momento, ya no importa el bienestar, ya no es necesario estimular el gasto para la satisfacción de las necesidades sociales; lo único que importa es cuadrar las cuentas, ser el contable más pulcro y eficiente del Reino de España.

Por si esto fuera poco, la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera y la  Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, cambian el panorama de actuación de la Administración Local. Aquí ya no están sobre el punto de mira ni aquellos que tienen problemas para pagar la luz, ni los que no encuentran trabajo, ni el avance de nuestra ciudad con las inversiones que necesita; sino que lo preocupa es el equilibrio o el superávit presupuestario, la capacidad de financiación y el cumplimiento de la regla de gasto.

Con el proceso de aprobación de los presupuestos de 2017, desde el Grupo Municipal de Esquerra Unida estamos comprobando esta situación con nuestros propios ojos y es que el equipo de gobierno de Rubén Alfaro está por cuadrar las cuentas y no por hacer que Elda avance.

Las necesidades de una población cansada de la cultura autodestructiva de la austeridad sin medida son las que están primando. No se está ejerciendo de auténticos impulsores del gobierno democrático de Elda, sino que nos parece que se está cayendo en un laberinto tecnocrático en el que no se encuentra la salida. Las leyes, señores del equipo de gobierno, están para servir a la ciudadanía y su deber es encontrar soluciones -que en muchos casos estaban contenidas en sus programas electorales e incluso en la propia norma- para aquello que necesitamos.

Desde Esquerra Unida de Elda abogamos por un proyecto de ciudad cuya mayor expresión de planificación se encuentre en los presupuestos: Es el momento de fomentar la creación de empresas y economía social; es la hora de poner en marcha políticas activas de empleo; así como de mejorar la calidad de los servicios públicos y de tener una mayor partida para gasto social y de vivienda.

Es el momento de ser valientes, de utilizar las leyes para crear una nueva Elda.  No duden en contar con nosotros, si se deciden a subir el presupuesto de gasto para estos menesteres. Eso sí, para ser cómplices de Mariano Rajoy y el Ministro Montoro no nos necesitan para ello, ya se sirven ustedes solos.

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